viernes, 28 de agosto de 2009

Mi maravillosa"C" latina

"C" es la letra con la que voy a definir a la protagonista de esta historia, la cual, todavía no voy a desvelar si es una realidad o tan solo una fantasía. Lo dejo para Vds. estimados lectores, esperando sus oportunos comentarios al respecto.

El caso es que como siempre, a través de el maravilloso mundo virtual, conocí a una travesti, no profesional que es una autentica belleza. La verdad, quiero decir para mi es un verdadero hito encontrar a una travesti tan guapa y tan cuidada fuera del mundo profesional de la prostitución, al punto, que si no lo sabes, jamás dirías cual es su secreto.

La cuestión es que era dependienta de una tienda, nos caímos bien, hubo feeling virtual entre nosotros y nuestra afición común a las relaciones D/s salieron enseguida como no podía ser de otra forma. Charlamos y charlamos sobre ello, conociendo nuestros gustos y nuestros límites para al final quedar y tener nuestra primera sesión.

La recogí una tarde cuando salió de trabajar de la tienda. Ella vestía uno camiseta de tirantes de color verde, unos vaqueros ajustados y unas sandalias planas. Llevaba la uñas de color granate, tanto las manos como los pies, y lucía una cintura y unas curvas que hacían que los hombres se voltearan por allí donde pasara. No era muy alta, 1,70 aproximadamente, y tenia el pelo largo y castaño. Unos ojos de color miel y unos carnosos labios constituían su perfil físico, que si en apariencia ya era maravillosa, mucho mas lo era su interior. Magnífica persona, todo dulzura y voluntad de agradar, con su punto de timidez y su alegría de sentirse a gusto, su personalidad seductora me llenaba de orgullo de poder compartir buenos momentos con ella. Subimos a mi moto, y la lleve a una terracita cerca del mar para tomar algo mientras charlábamos sobre nuestras posibilidades.

Como tengo un amigo, que me había dejado las llaves de su casa para regarle las plantas mientras estaba de viaje, no dude en montarla de nuevo en mi moto y llevármela no sin antes estamparle un beso profundo e intenso mientras la agarraba por su cinturita, haciendo mío, lo que ye me había sido prometido. Entramos en el garaje de la casa, que mi amigo tiene semi reconvertido en un gimnasio, y al bajar le ordene a “C” que se pusiera de rodillas en un rincón, mientras yo descolgaba del techo el saco de Boxing, para utilizar la polea con otros fines. Levanté a “P” del suelo cogida por el pelo, y volví a besarla efusivamente. Ella tendía a entregarse al amor, así que cuando sus brazos empezaron a rodearme el cuello y acariciar mi espalda, la regale un breve momento de amor y la separe de mi, llevándola hasta el centro del garaje para atarle las manos por encima de la cabeza y dejarla inmóvil y indefensa en el centro de la estancia.

-El amor es el premio que recibirás a tu obediencia, pero antes he de mostrarte el castigo, además de descubrir tu cuerpo y tus sensaciones para mi placer.- le dije.

Ella asintió obedientemente, sus ojos delataban su excitación, y su mirada delataba su entrega. Mi ego estaba en un punto de lo más alto de mi vida en ese momento, al poseer un tan preciado tesoro. La abracé y la bese de nuevo, mordisqueándole los labios y sobando sus pequeñas y redondas tetas. Volví a soltarla y le desabroche los vaqueros para quitárselos. Debajo, llevaba un tanguita de color blanco que apenas podía contener la pequeña erección de su pene. A sus 35 años, había tomado muchas hormonas, pero su pequeña pollita estaba bien excitada. Yo procuraba mirarla a los ojos, para que ella supiera que en nada me importaba aquello, y ella miraba al suelo en seña de su sumisión. Sus nalgas bronceadas eran maravillosas. Tersas y redondas y mis dedos las acariciaban mientras daba vueltas a su alrededor. Una vez fuera los vaqueros y las sandalias, tensé un poco la cuerda del techo, para estirarla al máximo y se pusiera de puntillas. Las caricias de mis dedos se convirtieron en azotes de mis manos, y su excitación no dejaba de crecer. De la maleta de mi moto, saque un látigo de colas. Volví a besarla efusivamente mientras le subía la camiseta y se la pasaba por el cuello para que sus pechos quedaran libres a mi antojo, y poder azotarlos con comodidad.

Después de bastantes azotes, de diferente intensidad y ángulo sobre ellos, alguna rojez dejaba verse, y sus pezones estaban duros como piedras. Seguí de nuevo con sus nalgas hasta que también alguna rojez apareció. Mi maravillosa “P” seguía entregada sin mostrar la mas mínima señal de protesta.

-Ahora voy a dejarte sentir un premio por tu buena predisposición esclava-, le solté las manos y saque un pañuelo para sus ojos, -arrodíllate y pon tus manos detrás-.

Le vendé los ojos y volví a atarle las manos a la cuerda del techo, tensándola lo suficiente para que su posición fuera relativamente incómoda. Le acerqué mi polla a sus labios. –Siéntela, reconócela, pruébala, y disfrútala porque va a ser el objeto de tu placer y tus desvelos nena-. –En este momento puedes hacer con ella lo que quieras, para que cuando te folle la boca como a mi me gusta, sepas lo que tienes entre labios-.

Ella lamió, sorbió, engulló a su antojo, sin que yo hiciera absolutamente nada. En estas estaba, cuando le quité la venda de los ojos de golpe, y se encontró con mi polla completamente tiesa delante de ellos. Me miró un segundo, bajo su mirada, y volvió a sus quehaceres unos minutos mas, hasta que la desate y la deje descansar un poco, mientras yo me ponía de rodillas al igual que ella, la colmaba de besos y caricias. Cuando volví a sentirla confiada y descansada. Me levante, y fui a por un collar de perrita a la moto, se la puse, y a cuatro patas la conduje por la casa de mi amigo hasta el salón, donde la deposite en el centro y me senté a contemplarla.

- Ahora voy a regalarte la primera follada de nuestra relación, vas a ser mi muñeca y te voy a follar la boca y el culo como mereces, con dureza y con cariño, con fuerza y con violencia, te llenare de bofetones para que sepas que me perteneces. Vas ha hacer que me sienta tu propietario, tu Amo, y tu gozaras con ese sentimiento. Si lo haces bien, y aprendes lo que quiero de ti obtendrás el premio del amor con tu sumisión, sino quedo contento contigo, serás una simple perra a mis pies.

Continuara…..

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