lunes, 30 de marzo de 2009

2ª entrega del relato de "M"


2ª PARTE

 

Resumen de la 1ª parte: 

“Solo faltan dos horas para que aterrice tu avión. En mi mente sólo existen dos datos certeros, tienes 29 años y eres de Bilbao. Ni tan siquiera se tu nombre.

 

El sólo echo de saberte sumisa a mis deseos me produce una excitación profunda. Así lo hemos acordado. Tu no sabes nada de mí, pero has accedido a venir, suplicándome que te ordene todo lo yo quiera que hagas.

…..

Te abandono, me dirijo al salón para tomarme mi refresco. Desde allí te ordeno que te vistas lo más provocativa que puedas y que no te pongas braguitas,….

 

Iremos a cenar, ……”

 

Apareces en el salón. Estás absolutamente espectacular… Zapatos negros de tacón altísimo, medias negras acabadas en un encaje que se ajusta a tus piernas, traje con falda corta y ajustada, una blusa de gasa color azul intenso que deja ver la forma de tus pechos, pechos firmes y grandes, con los pezones erizados por todo lo que ya ha ocurrido y por todo lo que queda por acontecer. Lo he decidido, mantendré esos pezones duros durante toda la noche, y haré que te quites la americana del traje durante la cena, para que todos vean tus generosas tetas. Te has dado cuenta que observo tus pezones, y te has abrochado. Ahora sólo se intuyen tus pechos. Te dejo, no importa de momento. Me acerco a tí. Coloco sobre tu cuello una fina cadena de oro con mis iniciales grabadas en una placa, y te susurro al oído “así no hay duda de que eres mía”.

 

Te cojo de la mano, te doy un beso suave en los labios pintados de rojo y nos vamos. Ya en el coche compruebo enseguida que tu sexo está al descubierto, tan sólo protegido por tu pequeña falda. Durante el trayecto hasta el restaurante tomo de nuevo tu mano y la coloco encima de mi pantalón. Comienzas a acariciarme sintiendo como mi pene responde de forma inmediata,…

 

Sin mirarte, rozo tu barbilla con mi dedo índice, lo subo hasta tu boca abriendo ligeramente los labios y te pido que me comas. Abres mi cremallera, introduces tu mano suave y caliente en busca de mi polla, mientras me voy excitando cada vez más. Sacas mi pene erguido fuera del pantalón y te inclinas sobre él, …. Te observo por encima del volante del coche, tu cabeza entre mis piernas, entregada a mí y a mis deseos. Acaricias mi polla, la besas, la chupas,…. Te ordeno que no levantes la cabeza hasta que yo te avise, que te subas un poco más la falda para que te vean bien por la ventanilla. Deseo que todos puedan observar cómo te metes toda mi polla en tu boca, y cómo tus flujos van resbalando por la pierna,…

 

Te empujo la cabeza, para sentir cómo entra entera, hasta que tus labios chocan con mis huevos. Quiero que vayas más deprisa, enseguida llegaremos al restaurante, y tu aperitivo será mi semen, mi semen caliente en tu boca. Sabes que tendrás que tragarlo, porque de lo contrario me mancharía, pero estás aquí para complacerme, por lo que continúas tu trabajo. Tu boca entrando y saliendo, tu culo levantado sin bragas, tu lengua moviéndose en cada penetración, … y en los semáforos los hombres miran con envidia. La situación me excita de tal manera, que enseguida siento necesidad de correrme. Un poco más te digo, así, muévete, y bebe la leche de mi cuerpo. Me corro, y siento llenar tu boca y te siento tragar mi esencia sin sacar mi pene de tu boca. Sigues jugando con él, lo limpias con tu lengua, lo besas, y lo vuelves a limpiar, ….

 

Poco antes de llegar al restaurante te aviso, y de nuevo suavemente vas dejando todo como estaba. Subes mi cremallera y me miras sonriendo. Entramos del brazo en el restaurante ante las miradas atónitas de los comensales que te devoran con los ojos,… Yo, orgulloso, te tomo por la cintura y dejo resbalar mi mano hasta tu hermoso culo y, con una ligera palmadita como señal de posesión hago ver a todos que eres mía.

 

El maître nos acompaña a nuestra mesa que está a la vista del resto del comedor. Es perfecta. Nos sentamos uno junto a otro. Solicitamos un buen vino mientras revisamos la carta. Acerco mi mano a tus muslos y con mis caricias recorro tus piernas para comprobar hasta dónde han llegado tus líquidos. Tú vuelves a sonreír de nuevo, te gusta sentir mis manos fuertes,… Pedimos la cena y entablamos una sugerente y animada conversación.

 

Al llegar los postres, inicio de nuevo mis caricias sobre tus muslos, pero está vez con más confianza y atrevimiento, quizás por el vino tomado durante la cena,… A medida que voy acariciando más y más tus muslos y voy subiendo despacio por ellos, tú vas abriendo cada vez más las piernas, para facilitarme el camino,… Por fin llego a tu sexo,… Ya está muy húmedo,….Abres definitivamente tus piernas, y yo recorro tus labios con mis dedos,… Los separo suavemente, y doy un pequeño pellizco en el clítoris,… Tú te sobresaltas un poco sobre el asiento y emites un leve suspiro,…. Estás muy excitada y te ordeno que te quites la americana del traje. Tus pezones están duros y sobresalen a través de la camisa de gasa como dos botones. Tú te avergüenzas un poco, porque todos miran, e intentas taparte con las manos disimuladamente. Te las cojo, las aparto de tu cuerpo y las coloco encima de la mesa. Así, te digo.

 

Continúo jugando con tus labios vaginales y con tu clítoris que voy excitando cada vez más,… Tú casi no puedes contener tus ganas de gemir y te muerdes los labios,… A mi la escena de tus pezones y tu boca me excita todavía más, por lo que continúo sin tregua sobre tu clítoris acelerando cada vez más y sintiendo cuán húmeda y caliente te encuentras,…

 

Empiezo a introducir primero un dedo en tu coñito, luego dos, … hasta tres, moviéndolos, jugando dentro de ti. Mis dedos te provocan un nuevo estremecimiento y tus piernas comienzan a temblar,… Sabes que todo el mundo nos está mirando, pero tú separas más las piernas para mí.  Tu temblor se hace más agudo e indiscreto. Ya te da igual, estás a punto de correrte, …. Mis dedos aumentan su velocidad, y tu temblor se convierte en espasmo, .... tus pezones parece que se van a salir de la blusa, ….. tus flujos vuelven a ser abundantes, resbalando por tus muslos, …. Unos espasmos más, un poco más,….. y retiro de tu sexo mis dedos,…. Miras a tu alrededor, sonríes. Voy un momento al baño, me dices, ha sido increíble.

 

Después de tomar una copa regresamos a casa. Al entrar te ordeno que te desnudes, que subas al dormitorio y esperes en la cama. Tú te sientes fascinada, cada uno de mis deseos parece mejor que el anterior, y cada una de las sorpresas te dejan más atónita y expectante. Nunca has pasado una tarde tan mágica con el sexo, por lo que tu necesidad de complacerme aumenta cada vez más.

 

Subes al dormitorio desnuda y esperas tumbada. Yo no tardo mucho. Al entrar veo tu cuerpo desnudo, con esa piel blanca que tanto me gusta. Te ordeno que te levantes y te digo que una sumisa no debe esperar así. Te enseño la postura de entrega, de espera, para que no vuelvas a olvidarla. Arrodillada, con el tronco apoyado sobre los tobillos, relajada, con las piernas ligeramente abiertas (una sumisa nunca debe cerrar las piernas te digo), con las manos en los muslos y las palmas hacia arriba, con los ojos entornados y la cabeza mirando hacía abajo. Así, esperando mis deseos, entregando tu cuerpo y tu alma a mi fantasía,....

 

Te tomo de nuevo y te tumbo sobre la cama. Te ato las muñecas con un suave pañuelo de seda, y con otro te vendo los ojos. Abro tu boca despacio jugueteando con tus labios. Te meto un dedo para que lo chupes, y te ordeno que no cierres la boca. Tú empiezas a sentir un cosquilleo por el cuerpo, pero sin saber que es lo que te acaricia. Deseas moverte, lanzarte sobre mí, besarme, tocarme, sentirme, follarme, ..... pero no tienes movilidad. Sacas la lengua, levantas la cabeza buscándome. Bésame me pides. Pero no, no es el momento todavía. Acerco mi polla a tu boca porque sé que te gusta. Es para ti, te digo. Yo llevo el ritmo porque tu no puedes ver. La meto y la saco de tu boca a mi antojo. Estoy muy excitado. Salgo de tu boca y bajo hacia tu sexo. Te penetro de golpe, sin avisar, hasta dentro. Tu te estremeces, no lo esperabas. No puedo contenerme, tu coñito para mí,... No esta del todo afeitado, pero mañana lo arreglaremos.

 

Siento tu sexo dilatarse, y tus jugos resbalar. No, te ordeno que no te corras, debes aguantar un poco más. Tú deseas quitarte la venda, cabalgar sobre mí, y llegar al orgasmo, pero no dices nada. Yo tomo un hielo y lo acerco a tus labios. Te sobrecoges de nuevo por lo inesperado, pero abres la boca. Chúpalo, para quitarle las esquinas, te digo, para que no te lastime. Va a ser nuestro compañero de juegos esta noche,....

 

Tomo el hielo de tu boca, y acaricio tu sexo con él. Está frío me dices. Cada vez que roza el clítoris emites un ligero gemido. Veo tu cuerpo contraerse una y otra vez, pero sé que te gusta. Has levantado la cadera en busca de más, has abierto las piernas del todo, y en tu rostro se dibuja una enorme sonrisa,....

 

Introduzco el hielo en tu coñito, que lo traga todo. Te ordeno que juegues con él dentro y que no quiero que se escape. Ahora es grande y no te costará mucho, pero luego se hará más pequeño y tendrás que esforzarte más. El hielo se va fundiendo en tus entrañas, y el agua empieza a resbalar ya por tus piernas. Yo empiezo a jugar con tus pezones duros, con pequeños mordiscos, con la lengua, mientras veo como tu sexo chorrea. Con un dedo empiezo a jugar con tu clítoris sin dejar los pezones. Quiero ponerte las cosas difíciles para que aprendas a controlar tus orgasmos. Lo haces muy bien, aunque sé que te está costando. Tu cuerpo tiembla de placer y tu vagina se contrae como puede para mantener el hielo dentro. Empiezas a retorcerte por la excitación de mi dedo en el clítoris y mi boca en tus pezones,....

 

Cuando ya no sale más agua, te beso, te susurro que has sido muy buena y que ahora tendrás tu premio,.... Te quito los pañuelos de los ojos y las manos,...El resto de la noche transcurre más relajada. Hacemos el amor dulcemente hasta quedar agotados, …. Después nos quedamos dormidos, …. En mis sueños voy repasando los juegos de mañana, ….

1 comentario:

  1. Me ha gustado tu post y todo tu blog.Animo yadelante.Un abrazo.

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